Sobre su obra

Campo de prueba

En Agenda del Sur, marzo 2008.
Por Alicia Silva Rey

El nuevo ensayo o “campo de prueba” de Liliana Lukin se titula Teatro de operaciones y desde el subtítulo se incluye en las materias Anatomía y Literatura. Si lo buscásemos en un índice catalográfico , en el supuesto de encontrarnos en una Biblioteca de la Poesía, ahí, entre la anatomía y la literatura, localizaríamos este libro. Anatomía en la primera acepción del término, la de ciencia que estudia y describe la conformación externa de un organismo y la disposición y estructura de los órganos, aparatos y sistemas que lo integran. En la edición, suntuosa, 1000 ejemplares impresos sobre papel Bookcel de 80 gramos con láminas en papel calco especial –fotos de Gustavo Schwartz y grabado de Pietro da Cortona de 1600 para el diseño de la tapa, fotos del mismo autor en “Campo quirúrgico”, y el grabado de Pietro da Cortona y grabados originales de Hilda Paz (quien es autora del diseño original ) para “Ingeniería natural”, los dos libros que componen esta obra- se escribe y representa la puesta en cuerpo y en materia de un fraseo que propone, en su primera versión (“Campo quirúrgico”, poema 12) “ … el ensayo de una/ inmersión violenta en lo perdido de mí”. Enunciado que parece determinado, en su segunda versión, “Ingeniería natural”, poema 2, a una torsión de ese fraseo (lo crudo del concepto): “…acomodo mi voz para que sea/ una voz que a todos/ diga algo.”
Hay tres poemas en cursiva dispuestos por la autora en lugares estratégicos de esta obra, a los cuales se les podría otorgar una funcionalidad orgánica en el mismo sentido de pertenencia al cuerpo o sistema que se va descubriendo en la escritura y en la textura o soporte objetual de este texto: transparencias y opacidades que permiten continuar el imaginario que se versiona en cada uno de los libros y se naturaliza anatómicamente en una apuesta literaria cernida como ensayo por – o a causa de- una voz que se secciona en vivo, fríamente, conceptualmente:
Del susurro de los textos procedo
al alarido, el protocolo debajo
del concepto: no habrán tenido
de mí ninguna cosa salvo
el resplandor.

Ingeniería natural, poema 5

En esos tres poemas en otra letra se podría leer que alguien se impuso estar ahí: en el bosque desgarrado ; y ahí, en la descripción cruda de unas peripecias de la materia, la del campo (de “operaciones”) de un cuerpo, que ninguna palabra lograría subvertir. Entonces están aquí, en cursiva, esos portales en los cuales el lector de este libro se recuesta para re- leerlo a la luz de la perfecta dicción que los modula.
Hay en este teatro (de operaciones) un trabajo escalpélico de escritura que se confirma cuando hacia el final hace declarar al propio libro a qué corresponden las citas entrecomilladas y las palabras o frases en itálica. Para apreciar en su justa medida estas páginas sin numerar, habría que ir y volver del texto a la aclaración de las citas; del texto a las imágenes que dicen sus propias intervenciones a la materia narrada. Volver una vez y otra las páginas, las citas, los aquí denominados poemas- portales para hallar nuevas (y propias) transparencias y opacidades; otros “campos de prueba” : “…Yo nazco cada vez que/ me tiran a un pozo sin edad” dice el último verso de esta obra doble. Pero antes había sido enunciado que “la poesía, que no salva de nada, / vendrá por nosotros.” Porque entre yo y nosotros abre / cierra esa puerta como espada cortante de la poesía en casi imposible acceso a su objeto de deseo o de conocimiento, que en este nuevo libro de Lukin también se plantea como coincidente y como el espacio de producción de una caída: “La trampa de un drama dado a beber / en una copa donde no hay/ ni borra ni dulzura. / Lo que goteás deberías dejarlo/ caer”.