Sobre su obra

Spinoza sueña

En Ciudad X, Revista de cultura del Diario La voz del interior, Córdoba, marzo 2012.
Por Carlos Schilling

Una de las aplicaciones secundarias que podría tener La Etica demostrada según el orden poético es la de ser un ejemplo perfecto de poesía intelectual. Ese subgénero ha sido practicado en la Argentina, con diversa fortuna, por autores como Macedonio Fernández, Jorge Luis Borges, Alberto Girri, Roberto Juarroz o Daniel Vera. En este libro de Liliana Lukin, la carga intelectual está potenciada porque además de “poesía que piensa” es también poesía de un pensador.
La autora toma como matriz de sus poemas el famoso libro de Baruch de Spinoza Etica demostrada según el orden geométrico y lo vuelve a componer en forma de una serie de soliloquios reflexivos, también desplegados en cinco libros, como la obra original del filósofo judío, y con citas de sus frases intercaladas.
No se trata, en absoluto, de una biografía íntima,ni de una reconstrucción de la mentalidad de una época a través de la vida de un genio de la filosofía. No. Lo que hace Lukin es traficar con las ideas en el tiempo y convertir el anacronismo en una forma de la atemporalidad. Así, en el primer poema del “Libro I”, puede permitirse poner en labios de Spinoza la glosa del famoso título de un grabado de Goya “El sueño de la razón produce monstruos”) realizado más de un siglo después de la muerte del filósofo. Esa distorsión histórica se justifica por la importancia que tiene el sueño (la idea y el acto del sueño) en el poema, tanto que hasta podría titularse La Etica demostrada según el orden onírico, a condición de que “onírico” no se entienda en términos freudianos o surrealistas.
¿Qué sueña Spinoza en Lukin? Sueña el mundo y se sueña a sí mismo como mundo: “Sueño con voluntad:/ mis sueños como una maqueta/ de vidas por armar, diseñados con materias probables / equilibrios frágiles y torpes, / razones intercambiables”.
La relación entre sueño y realidad, tan cara a la literatura barroca y a la filosofía moderna, de la que Spinoza es uno de los máximos representantes, aparece en los poemas de Lukin como una tensión vital antes que como un problema de conocimiento.
De modo que soñar no implica necesariamente que su Spinoza esté dormido, aún cuando varias veces despierte en medio de una estrofa y diga, por ejemplo: “Al despertar, tocaré la cama / no como buscando a lo amado, / sino como quien vuelve / de un sueño de grandeza y es sorprendido por la luz, / sabiendo que, otra vez, / ha perdido una batalla”.