Sobre su obra

Presentación de Obra reunida.

1978-2008, de Liliana Lukin
Por Luís Felipe Noé

Realmente es un acto de venganza que un pintor hable en una presentación de un libro de poesía, siempre son los poetas los que hablan de los pintores, pero, por qué no revertir las cosas?. Yo no soy responsable de semejante irresponsabilidad, es ella quien me ha invitado a hablar, y por qué? Ahora bien, la poesía es algo que siempre jugó en mi como un secreto: aun antes que yo naciera, mi padre ya había publicado dos antologías de la poesía argentina. La poesía siempre estuvo ahí, presente, pero a mí me gustaban las figuritas. ¿Qué relación hay entre las imágenes y la poesía?.Creo que es una pregunta que también se hace Liliana, porque Liliana también esta tentada de imagen, por la imagen. En 1971 publique un libro de frases sobre Argentina, Una sociedad colonial avanzada, que me acuerdo que un critico chileno había considerado como un libro de poesía, y Liliana debe haber pensado más o menos lo mismo, por que la reedición de este libro, en 2003, se hizo gracias a ella. Pero cuando escribo una poesía por suerte tengo el ánimo crítico de destruirla. Sin embargo hay algo que sé cada vez que pienso sobre el problema del arte, que es fundamental en el campo creativo: el ánimo poético. Publiqué hace dos años un libro que recopila una cantidad de cosas que escribí sobre cuestiones artísticas y lo curioso es que el libro está encabezado con cinco frases, y todas ellas son de poetas y yo iba a hablar no de poesía sino de arte en este libro.

La primera de esas citas es del poeta Hegel y dice: “El lenguaje es el estar del espíritu”. Después: “Yo es otro”, de Rimbaud, de Aldo Pellegrini: “La poesía quiere expresar con palabras lo que las palabras no pueden decir” y de Paul Valery: “Las obras del espíritu solo existen en acto”.
Creo que realmente ahí está el punto en donde quiero comenzar a hablar sobre la presentación de este libro de poesía, que es algo así como una retrospectiva para un pintor. Yo amo las retrospectivas porque en ellas se ven los pasos, es decir, uno es mucho más que una etapa, uno es un transcurrir. Y las obras de arte, la poesía o lo que manifieste el espíritu son como huellas en el caminar. Por eso, al decir de Valery, hay un acto donde se deja la huella. Y cuando uno ve una retrospectiva, ve el espíritu de ese que va caminando y se va yendo al mismo tiempo.
Creo que el libro de Liliana Lukin tiene algo de ese transcurrir donde uno pesca un poquito el alma de una persona. Se sabe qué es el alma sólo por vaciamiento, cuando se deja de costado el pensar cotidiano determinado por las cosas que son como son. Y es ahí donde yo creo que en la poesía de Liliana Lukin siempre hay un vacío. Creo que ella deambula por la vida cotidiana, pero deambula con la sensibilidad de percibir los vacíos de esa vida. Y eso se traslada a un hablar de lo que se percibe más allá de la cotidianeidad, y formalmente es el lenguaje mismo. Ella juega con una dimensión que me parece muy importante, que es el espacio. Porque así como existe un espacio del que yo hablé en algún momento como espacio pictórico hay un espacio visual en el plano, y otro en la música, que es un silencio, y también en la poesía: uno lee y se calla y vuelve a leer…Porque ella determina una cantidad de códigos. Por ejemplo, en su libro Descomposición hay una cita de Roland Barthes que dice: “El texto produce en mí el mejor placer si llega a hacerse escuchar indirectamente, si leyéndolo me siento llevado a levantar la cabeza a menudo, a escuchar otra cosa.” Creo que lo que los textos que escribe Liliana nos llevan siempre a escuchar otra cosa. Ahora bien, ese es el punto del espacio. Leo en voz alta: “esa manera de / estar/colgado así de esa / manera de pies arduos y secos / no bella de mirar / ligaduras en ristre sobre el no saber / árboles o azulejos da igual / cemento / piedra en el cuello o cal / tragada viva / estar así de pies/y manos …”.
Quiero decir: estoy observando y pensando cómo se puede leer esto en voz alta y determinar cuáles son los espacios que se pueden marcar. Es muy difícil; no me animo a hacerlo, pero quiero dar la idea.
Por otra parte, pienso que hay en ella una presencia, un motor, que es el sentido del cuerpo, dice en ese mismo libro: “El cuerpo más cuerpo es el cuerpo muerto.” Y yo pensé como pintor, porque algo se habla de naturalezas muertas, y creo que lo que ella permanentemente reflexiona es la relación entre el cuerpo y la vida.
Y la vida es lo que ella trata de cazar en la poesía, que es lo que se escapa por el cuerpo; es como el objeto estático, pero que refleja también la vida porque envejece. Hay una cantidad de relaciones entre la vida y el cuerpo como una problemática. Por eso, escribe: “un cuerpo que se piensa donde ya no está” o “ libro de viajes para un cuerpo en fuga”.
Diría que el secreto de su poesía está en cosas como ésta, de Las preguntas: “Soy una mujer de palabra / haz el favor de tomarla / en la lengua que nos une / sin pensar el pensamiento.” Esto es muy bueno, por eso es poeta, sino sería filósofa. “Como un lenguaje / ella con su traje de ser y decir.”
Es ella también una poeta visual: “retórica erótica” es un libro visual, y parece muy extraño, por momentos escribe a mano (con su caligrafía muy bella, por cierto), después viene la letra e interrumpe la imagen… Y entendí por qué estoy aquí hoy.