Sobre su obra

Lírica de la carne

En adn, revista cultura del diario La Nación, 31-5-2008
Por Jorge Monteleone

En la poesía de Liliana Lukin (Buenos Aires, 1951), desde Descomposición (1986), Cortar por lo sano (1987), o Carne de tesoro (1990), hasta Retórica erótica (2002) y Construcción comparativa (2003), el cuerpo es un espacio de cruce entre lo imaginario y lo real, «lo visto y lo escondido», allí donde el poema lo transfigura en lenguaje: lírica de lo carnal, expuesta en el dolor y la desaparición, en el habla femenina, en la ofrenda del erotismo. El subtítulo de Teatro de operaciones es «Anatomía y literatura» y en él Lukin continúa aquel motivo recurrente, pero como una metáfora central que articula todo el conjunto.

En la primera sección, «Campo quirúrgico», la imagen se desplaza inesperadamente de la carne al árbol talado. El sujeto poético es una «espectadora» del corte de los árboles como cirugía, y reúne esas imágenes con su propio yo y su escritura: la sierra «corta el alma en dos». Y donde otros poetas celebran la unidad con el paisaje, Lukin constata las frondas ausentes, el dolor por los árboles cortados, el trabajo constante en la intemperie. En ese lugar vacante funda el yo femenino su escritura: el lugar donde los árboles cayeron. Este ejercicio ascético abre la segunda sección, «Ingeniería natural». Y otra vez invierte el sentido: donde se aguarda la unión de lo instrumental con la naturaleza, lo que adviene es la carne literalmente dolida, una insidiosa decadencia. Una conciencia del yo en el avatar del cuerpo y sus diarios tormentos. Los poemas de Lukin discurren fina y trabajosamente sobre estos dos campos y el poema parece convalidado, realizado por esa densidad de lo real que supone tanto los árboles cortados como los dolores del cuerpo. Como si la escritura perdiese toda idealidad, toda alegoría, toda fantasía y se concentrara en un poema referido en la más irreductible carnalidad.

Las fotografías de Gustavo Schvartz sobre árboles talados para la primera sección, y los grabados de Hilda Paz, más uno del siglo XVII sobre anatomía femenina, dispuestos en hojas de papel calco, realzan una edición exquisita.